SANTA CRIZ (Eslava)
















[Cerro de Santa Crís, derrumbe de edificio público y necrópolis]

Situación: Santa Crís de Eslava (también citada como Santacrís e incluso como Santa Criz) se encuentra ubicada en el corazón de una de las más hermosas –e históricas– comarcas del viejo Reino de Navarra, la Navarra Media, y muy cerca también de otra comarca –ya en territorio actualmente aragonés: las Cinco Villas– sin cuyo protagonismo en época romana, es imposible entender el florecimiento de una ciudad como la que todavía esconde el cerro de Santa Crís. Así, la monumentalidad con la que este yacimiento está obsequiando a los arqueólogos en los últimos años es necesaria -a nuestro juicio- conectarla con la que tuvieron ciuitates vecinas bien al abrigo de la uia que ponía en relación, muy probablemente, y según recientes hipótesis de Isaac Moreno (MORENO, I.: Item a Caesarea Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn, Ejea, 2009) el valle del Ebro –desde Caesaraugusta– con Aquitania, a través de Campo Real/Fillera y Iacca, y, desde luego, también, por medio de otra vía que, desde Iacca, cruzaba toda la Navarra Media dirigiéndose hacia Andelo (ARMENDÁRIZ, J., y VELAZA, J.: “El milario de Garinoain, cruce de caminos en la vía entre Cara (Santacara) y Pompelo (Pamplona)”, TAN, 19, 2006, pp. 127-146, que puedes descargar desde aquí). Ubicado hoy el yacimiento en el término municipal de la hermosa localidad navarra de Eslava, se ha ganado en los últimos años un puesto de privilegio entre los más prometedores yacimientos arqueológicos romanos del Ebro Medio contando, además, con el apoyo de la Institución Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra que últimamente ha licitado la ejecución de un Plan de Investigación sobre el lugar. Respecto del nombre con que se conoce hoy el lugar –Santa Crís– siempre nos ha resultado sugerente la conexión entre la Ant(onia) Cr(h)ysaeis que aparece como dedicante de una placa funeraria hoy conservada en el Museo de Navarra y procedente de las cercanías de la antigua ciudad romana (AE, 1971, 199) y el topónimo Santa Crís, como si el cognomen de aquél personaje hubiera permanecido en el recuerdo de las gentes del lugar y, después, debidamente “sacralizado” se hubiera aplicado al montículo en el que se ubicó tan notable ciudad del ámbito vascónico.Acceso: Aunque hasta llegar al pie del cerro de Santa Crís el visitante no encuentra indicación alguna sobre el yacimiento (sí se dan algunas en la web del Ayuntamiento de Eslava, con descripción detallada y bien documentada de los restos), para llegar a él se debe tomar un camino que se abre al pie de la carretera NA-132 que une Tafalla con Sangüesa a la altura de Eslava. Precisamente, frente a Eslava, y al pie de la nueva variante de la citada vía –que evita ya la travesía por Eslava– se ha ubicado una torre decorativa de forja en un área de descanso de dicha variante. Justo frente a dicha torre arranca el camino por el que se habrá de discurrir durante al menos 2 kilómetros hasta cruzar el barranco de Arquea. A partir de ese momento, y tal como recuerda la cartelería instalada por Gobierno de Navarra, el visitante se encuentra ya en el área arqueológica de la que debió ser una notable ciuitas del territorio atribuido en la Antigüedad a los Vascones (ver sobre éstos, una entrada anterior de este blog).Tipología: Como se ha dicho hasta aquí, Santa Crís es un ciuitas romana. Su rango de ciudad –y, más aun, de municipio, si convertimos en argumento de peso el hecho de que cuente con mención a un dispensator publicus (AE, 1971, 199)– viene demostrado por su extensión, por su notable repertorio epigráfico y, desde hace un par de años, por lo notable de los restos arqueológicos que –relacionados con un espacio público de carácter monumental– se están exhumando en su solar. Como de modo excelente ha demostrado no hace mucho Javier Armendáriz (ARMENDÁRIZ, J.: De aldeas a ciudades: el poblamiento durante el primer milenio a. C. en Navarra, Pamplona, 2008), la ciudad romana sería el resultado de la evolución y conversión en ciudad de un pequeño castro de la Edad del Hierro –del que sí se tienen bases estratigráficas obtenidas en la cumbre del cerro (ARMENDÁRIZ, R., MATEO, R., y SÁEZ DE ALBÉNIZ, P.: "Primera campaña de excavación en el yacimiento de Santa Criz (Eslava, Navarra)", TAN, 12, 1995-1996, pp. 322-326, disponible aquí)– que acabaría por ocupar no sólo toda la meseta del propio alto de Santa Crís sino también la ladera Norte y aun la val a la que ésta se abre, en la zona conocida como “Casas de los Patricios” (de muy sugerente topónimo) que parece albergó parte de la necrópolis. Ciertamente, como se trasluce de las imágenes que coronan este post, la ciudad que ocupó el lugar de Santa Crís estuvo notablemente monumentalizada pero, en cualquier caso, esa monumentalización la exhiben también –a juzgar por los restos hallados hasta la fecha–ciudades antiguas bien próximas como Campo Real/Fillera en Sos del Rey Católico -apenas a 24 kilómetros de Eslava-, el Cabezo Ladrero de Sofuentes –apenas a 50 kilómetros–, o Los Bañales de Uncastillo –ya más lejana: a 67 kilómetros de Eslava–. Por razones históricas y geoestratégicas que hoy se nos escapan (la importancia de la red viaria se antoja sólo una de ellas) el que fuera sector nororiental del solar de los antiguos Vascones estuvo tempranamente integrado y, además, tempranamente monumentalizado, sin que a día de hoy podamos desentrañar ningún género de capitalidad para ninguno de los tres centros antes citados, casi todos, presumiblemente, de estatuto privilegiado sólo adquirido en época flavia, es decir, a finales del siglo I d. C. Para esta ciuitas de Santa Crís, las arqueólogas que con tanto empeño vienen trabajando en el lugar desde hace más de diez años –Charo Mateo, Pilar Sáez de Albéniz y Rosa Mª Armendáriz, del Gabinete Olcairum– han propuesto su reducción con la Nemanturista citada por Ptolomeo en la nómina de las póleis atribuidas a los Vascones (Ptol. Geog. 6, 6, 67: MATEO, R. Mª., ARMENDÁRIZ, R., y SÁEZ DE ALBÉNIZ, P.: “La necrópolis de Santa Criz (Eslava)”, en La tierra te sea leve. Arqueología de la muerte en Navarra, Pamplona, 2007, pp. 149-155, por otra parte la última puesta al día sobre la ciuitas). Es cierto que, como ha razonado recientemente J. L. Ramírez Sádaba (RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: “Las ciudades vasconas según las fuentes literarias y su evolución en la tardoantigüedad”, en Espacio y tiempo en la percepción de la Antigüedad Tardía [Antigüedad y Cristianismo 33], Murcia, 2006, pp. 185-199, esp. p. 193, disponible aquí), Nemanturista parece estar –según las inútiles coordenadas ptolemaicas– en línea con Andelo pero algo más al Oeste con lo que una localización de aquélla en Santa Crís de Eslava podría cuadrar. Sin embargo, ya vimos que también Sofuentes podría ser la Nemanturista ptolemaica y que, desde luego, hasta que no aparezca una inscripción dedicatoria que certifique el nombre de la ciuitas, cualquier hipótesis no pasará de la mera conjetura por más que la reducción Santa Crís=Nemanturista parezca haberse instalado ya en la communis opinio sobre el poblamiento vascónico (véase, desde PERÉX, Mª J.: Los Vascones (el poblamiento en época romana), Pamplona, 1986, p. 180 -que ya advertía de las dificultades de la reducción- a ANDREU, J.: “Ciudad y territorio en el solar de los Vascones en época romana”, en ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, pp. 179-288, esp. pp. 281 o RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: “La toponimia de las ciudades vasconas”, en ANDREU, J. (ed.): Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Barcelona, 2009, pp. 127-143, esp. pp. 139-140).Descripción: A pesar de los notables esfuerzos del Gobierno de Navarra, del Ayuntamiento de Eslava y de la empresa de Arqueología Olcairum y, precisamente porque el yacimiento se encuentra aun en fase de estudio y de investigación (Olcairum trabaja en una detallada y ambiciosa memoria sobre el enclave, acorde con la que aquél, desde luego, merece), el visitante que hoy se acerca al cerro de Santa Crís apenas sólo puede vislumbrar una parte del esplendor de lo que fue tan notable ciuitas y meditar sobre lo mucho que queda por hacer en este lugar. Sí son visitables –y notablemente imponentes– los restos de parte de la vía funeraria de acceso a la ciuitas desde el Este. A dicha uia –cuyo empedrado aun se conserva– se abren una serie notable de monumentos funerarios en forma de monumentales altares (habituales, por otra parte en la zona como prueba el trabajo de BELTRÁN, J.: “Monumenta sepulcrales en forma de altar con pulvinos de los territorios hispanorromanos: revisión de materiales y estado de la cuestión”, AEspA, 77, 2004, pp. 101-141 o los ejemplos del área de Los Bañales y de Farasdués/Biota: pincha aquí) configurando una auténtica grabstrassen (“vía funeraria”) de la que se ofreció una muy sugerente reconstrucción gráfica (no publicada todavía) en la cartelería de la exposición "La Tierra te Sea Leve", celebrada en el Museo de Navarra en 2008 y que fue objeto de una pionera y excelente intervención geofísica que ha permitido delimitar su extensión (hasta donde sabemos, inédita) aun objeto de estudio, en cualquier caso (ver foto en la parte superior de este blog). En la parte alta del cerro de Santa Crís, y abierto hacia la ladera Sur del mismo, los investigadores trabajan en los últimos años en la exhumación de un monumental y notable edificio público –totalmente derrumbado pero de considerables dimensiones y potencial aunque en la actualidad, se encuentre cubierto por una lona– tal vez relacionado con el foro de la ciuitas (ver foto en la parte superior de esta entrada). A la necrópolis de la ciuitas –y de las uillae circundantes– debe vincularse el notable repertorio epigráfico funerario que ha facilitado el lugar (AE, 1987, 619; HEp9, 432 y 431; o la ya citada AE, 1971, 1999, con alusión a un dispensator publicus, hoy conservada en el Museo de Navarra; en el que, y como prueba de su excelente y clave posición en la red viaria romana, se han recuperado también algunos miliarios siendo especialmente notable el que se expone hoy en el Museo de Navarra, fechado en época de Maximino (IRMN, 7).
Bibliografía: Aunque el atractivo del enclave ha hecho que éste sea aludido en casi todos los estudios que sobre Vascones se han publicado desde 2004 –fecha a partir de la que, precisamente, éstos parecen haber recibido un notable impulso gracias al empuje académico de la UNED de Tudela–, para cualquier estudio estratigráfico del yacimiento de Santa Crís es necesario acudir a los trabajos firmados por las arqueólogas que, desde hace tanto tiempo, trabajan en el lugar y a las que antes se aludió. Entre aquéllos destacamos –al margen de los ya citados, todos bien actuales– ARMENDÁRIZ, R.; MATEO, Mª R., y SÁEZ DE ALBÉNIZ, Mª P.: “Santa Criz, una necrópolis romana de incineración en Eslava (Navarra)”, Isturitz, 9, 1997, pp. 823-841 o “Primera campaña de excavación en el yacimiento de Santa Criz (Eslava-Navarra)”, TAN, 12, 1995-96, pp. 322-326 (disponible aquí).Recursos en Internet: Como parece lógico en un yacimiento que ha recibido hace apenas un par de años la inversión que venía pidiendo desde hace más de diez, la presencia de éste en internet es todavía testimonial (lo que, desde luego, no se corresponde con el potencial que encierra, como se ha repetido en diversas ocasiones a lo largo de este post). Sin embargo, y al margen de la información que facilita la página del Ayuntamiento de Eslava -excelente-, sí hay algunos reportajes bien documentados en la prensa digital navarra, como el de Diario de Navarra firmado por el periodista José A. Perales o la noticia publicada en Septiembre de 2010 (pincha aquí).
Recomendaciones: Por su situación en el extremo oriental de la Navarra Media y occidental de las Cinco Villas de Aragón, desde luego, muchas de las recomendaciones que se hicieron en este blog a propósito de los posts consagrados a Los Bañales de Uncastillo, al Cabezo Ladrero de Sofuentes, a Campo Real/Fillera de Sos del Rey Católico/Sangüesa o a Cara (Santacara) podrían traerse de nuevo aquí en relación a Santa Crís. Sin embargo, por añadir un par de ellas todavía no vertidas en este espacio nos centraremos en dos: el Complejo Turístico Latorre en las afueras de Sangüesa (dirección Pamplona, justo al pie del desvío que conduce al Pantano de Yesa -pasada la gasolinera de Liédena- y a la Abadía de Leyre -con evocador oficio litúrgico diario en gregoriano a las 19h.-), que, por un precio notablemente asequible, ofrece un menú del día muy variado excelente muestra, además, de la diversa cocina navarra, En segundo lugar, y, aunque quien escribe estas líneas todavía no ha tenido la suerte de pernoctar en él, el Hotel Nobles de Navarra, en Aibar -perteneciente a la cuidada cadena hotelera navarra Nobles del Reyno- seguro evocará a más de uno ecos de la Historia milenaria de esta singular tierra navarra y de estos parajes de la Navarra Media Oriental en particular.







QVI VIXIT DIES CCCLXV


[Dedicatoria a Lucio César en el Foro de Roma: AE, 2000, 152]

Siguiendo la fórmula epigráfica habitual en los epitafios latinos para la indicación de la edad a veces en extremo detallada en años, días y meses (por ejemplo AE, 1904, 33 de Roma) este blog ha celebrado en estos días –exactamente el pasado diecisiete de agosto– su primer cumpleaños. Un año y más de diecisiete mil visitas que, quien escribe estas líneas, ignora si, en realidad, son muchas o pocas porque lo que ciertamente importa es que –como anunciábamos en el auete uos uiatores et bene ualete de la entrada inicial– cada visitante de este blog de ciudades del Imperio Romano –que no otra cosa, sino, “ciudades”, y no necesariamente “fortificadas” son los oppida, al menos en el léxico del genial Plinio el Viejo, que ha inspirado el nombre del blog– se haya acercado más al apasionante mundo clásico a partir de la visita –virtual unas veces, real otras– a las ciuitates que se han ido proponiendo en él mes a mes. Y más aun, porque transcurrido un año de andadura, y al margen del referido número de visitas este blogero sabe de sobra cuáles son las fortalezas y cuales las áreas de mejora de este espacio y, desde luego, no tiene ningún reparo en hacer aquí "propósito de enmienda" para que en este segundo año de actividad –y, ojalá, en adelante–, las primeras se conserven y las segundas pasen, al menos, a un segundo plano cuando no sean totalmente superadas.

Somos conscientes de que el blog tiene un carácter principalmente hispano y, si se nos permite, tal vez demasiado “regional” lo que, tal vez, pueda no agradar -o, al menos, no satisfacer plenamente- a muchos. Aun habiendo entradas consagradas a ciuitates de prouinciae no hispanas (Augusta Treuerorum, por ejemplo), entre las hispanas hay una cierta orientación hacia las de la Citerior (sólo Conimbriga y Augusta Emerita pertenecieron a la antigua Lusitania y no hay, todavía, ejemplos de comunidades béticas) y, más aun, hacia las que constituyen el área de estudio de quien escribe estas líneas: el territorio y las ciudades atribuidas a los antiguos Vascones (la probable -pero no segura- Tarraca, Andelo, Cara, Pompelo…) y hacia los municipia y coloniae del Ebro Medio (Caesaraugusta, Bilbilis, Labitolosa… de la que, por cierto, empiezo a estar convencido de su condición municipal augústea y no flavia). Esta deriva es, en cierto modo, lógica y nos parece, además, justificada pues resulta más fácil -y, además, es más honesto- transmitir conocimientos solventes de aquello que uno conoce mejor... En alguna respuesta a amables comentarios de los seguidores de este blog –sin los que nada de lo que aquí se escribe tendría sentido alguno– hemos reafirmado que –como se dejó entrever en el post inicial– en él sólo traemos a colación comunidades antiguas de carácter urbano que hayamos visitado a partir del momento de inicio de esta andadura que ahora celebra su primer aniversario. Subrayamos nuestro firme propósito de seguir con dicho planteamiento: non multa sed multum, decía el adagio latino: “no muchas (ciudades, en este caso) sino mucho (de información actualizada, contrastada y de calidad)”. El tiempo y nuestro empeño dictarán hasta donde podremos llegar.

Y, desde luego, porque así nos lo han recordado amablemente nuestros lectores (muchos de ellos blogeros reconocidos y, desde luego, con blogs mucho más meritorios que el nuestro y que bien valen un homenaje en forma de visita periódica) como la siempre optimista Marta, los excelentes y positivamente polemistas Jabier, Manuel o Neville, o los discretos pero agudos Juan Carlos, Luis, David o Roberto pero también, con seguridad, intuimos que muchos otros que se han acercado a estas páginas sigilosamente, sin dejar comentario alguno y tantos que se acercarán en los próximos días, meses y, ojalá, años– somos conscientes de que algunos meses –por ejemplo los veraniegos agosto y julio de 2009 o el invernal noviembre de 2008– nuestra actividad docente e investigadora nos ha impedido cumplir con ellos y obsequiarles con, al menos, tres entradas mensuales. Con permiso de dichas actividades –que, en esencia, también destilan el espíritu de delectatio y de utilitas que predican estas páginas (prometemos, en cualquier caso, antes de finales de Octubre, un post monográfico y actualizadísimo sobre el proyecto de Los Bañales, culpable en buena medida de estos “silencios digitales”)– hacemos aquí votos de una mayor frecuencia de las entradas de oppida Imperii Romani, votos ante los que este blogero, en el caso de no poder cumplirlos, espera contar con la benevolencia de sus ilusionantes seguidores, sin duda, lo mejor de este blog.

Oppida Imperii Romani, qui uiuit dies CCCLXV: “Oppida Imperii Romani, que vive (pues sigue su andadura trás um año de actividad) 365 días” : Magnam felicitatem!