SEGOVIA (Segovia)













[Vista noctura del acueducto e inscripción HEp14, 276 sobre placa de bronce]

Situación
: La ciudad de Segovia, en la siempre atractiva -aunque austera- Castilla y León, está tan bien ubicada en el centro de la Península Ibérica que se convierte -por méritos propios- en un complemento turístico excelente -y casi necesario- para quien se acerque a Madrid (para conocer las posibilidades turísticas de la ciudad puede consultarse la sensacional página web de Turismo de Segovia: pincha aquí) pero también para quien quiera adentrarse en otras de las áreas más fascinantes de España: el área oriental de Castilla y León y el Noroeste Peninsular.
Acceso: Excelentemente comunicada con Madrid a través de la casi recién estrenada línea del AVE, la A-6 conecta esta ciudad con Madrid y, por tanto, la ciudad de los ríos Eresma y Clamores, goza -prácticamente- de las mismas posibilidades geoestratégicas que la capital del país.
Tipología: A priori, Segouia -que aparece citada, sencillamente, como oppidum, en Plinio (Plin. Nat. 3, 27, en el listado de populi del conuentus Cluniensis) y que es, después, citada por Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 55)- alcanzó su rango municipal en época flavia no en vano, la soberbia reconstrucción de la inscripción con litterae aureae (“letras con apliques metálicos”) del acueducto obrada por G. Alföldy (AE, 1997, 882 a partir de su excelente trabajo ALFÖLDY, G.: Die Bauinschriften des Aqüaduktes von Segovia und des Amphitheaters von Tarraco, Berlín-Nueva York, 1997) alude al título de munic(ipium) Fl(auium) Segouiensium para la ciudad. Aunque pueda señalarse que dicha reconstrucción no deja de ser una propuesta interpretativa que -como tal, aunque no nos lo parezca- pueda ser errada, o algo "fantasiosa" es cierto que -a nuestro juicio- esa condición municipal flavia está garantizada además no sólo por la propia fecha de construcción del soberbio acueducto -que debió inaugurarse entre el 28 de enero y el 7 de diciembre del año 98 d. C. pero cuyas obras debieron iniciarse justo después de la aludida promoción jurídica- sino también porque en Segovia se han constatado varias inscripciones con individuos adscritos a la Quirina tribus, la tribu específica de los municipios flavios. Se trata de Q(uintus) Curius Pa[---] Abliqum (CIL, II, 5738), de L(ucius) Acilius Maxsuminus (HEp2, 457) que, además, por el modo de indicar su filiación respecto del patronímico: Maxsumi f(ilius): “hijo de Máximo”, pudo ser uno de los primeros ciues Romani del nuevo municipio. Sin embargo, en el debate sobre el estatuto jurídico de esta comunidad han entrado recientemente los fragmentos de una placa de bronce con alusión a un flamen de época de Tiberio y a la posible fórmula d(ecreto) d(ecurionum) (HEp14, 276, con foto de detalle en la parte superior de este post) que, como pregona tajantemente la vitrina del Museo de Segovia/Casa del Sol donde las piezas se exhiben (ni que decir tiene que su visita es obligada para conocer la arqueología de la antigua Segouia), podrían alumbrar la idea de una promoción jurídica previa para Segouia, de época augústea, tal vez. Sin embargo, a nuestro juicio, tanto la habitual presencia en contextos secundarios de este tipo de piezas de bronce -muchas veces traídas y llevadas para ser refundidas en hornos-, la ambigüedad de la fórmula final D. D., que también podría esconder la lectura d(ono) d(ant) o d(edit) d(edicauit) y no necesariamente aludir a un consejo de decisión local (sobre todas estas magistraturas puede verse otro post de este blog: pincha aquí) y, por último, el hecho de que se tratase de un flamen no necesariamente municipal y no necesariamente Segouiensis hacen que a día de hoy sea más fácil defender la condición municipal flavia de Segouia que su privilegio augústeo (sobre este debate puede verse nuestra visión del tema en ANDREU, J.: Edictum, municipium y lex: Hispania en época flavia (69-96 d. C.), Oxford, 2004, p. 151 y la sagaz revisión de la inscripción publicada por SANTOS, J., HOCES, Á. L., y HOYO, J.: Epigrafía romana de Segovia y su provincia, Segovia, 2005, pp. 144-149 y, antes, en relación a la promoción municipal de Segouia, por MARTINO, D.: "Reflexiones sobre la municipalización de Segovia", Hispania Antiqua, 29, 2005, pp. 61-78, esp. pp. 75-76, disponible aquí, aunque, a nuestro juicio, este documentadísimo trabajo complica tal vez demasiado una promoción estatutaria que, con la documentación disponible, como hemos comentado, nos parece clara. A la inscripción del citado flamen y a su problemática se ha referido también BARAHONA, P., y HOCES, Á. L.: "Placa de bronce con inscripción de época romana en la ciudad de Segovia", Veleia, 11, 1994, pp. 45-48).
Descripción: Hablar de Segovia en época romana es, sencillamente, hablar del acueducto. El insigne monumento, que cuenta incluso con una activa Asociación de Amigos, fue inaugurado bajo la curatela de los magistrados municipales -IIuiri: "duunviros", la más alta magistratura del ordenamiento municipal romano- P(ublius) Mummius Mummianus y P(ublius) Fabius Taurus en los comienzos del reinado de Nerva, para traer agua a la ciudad desde la fuente de Fuenfría, a unos 15 kilómetros del centro del municipio. Técnicamente, además de la larga distancia recorrida, siguen hoy sobrecogiendo los datos cuantitativos que de él pueden darse: 15 kilómetros de recorrido -como se ha dicho-, 28,5 metros de profundidad en las zonas más profundas del canal (que, lógicamente, no siempre transcurre sobre arquationes="arcos"), 167 arcos en total en el tramo elevado, o 44 arcadas dobles -por citar sóplo algunos de ellos: para más datos puede recurrirse a las webs recomendadas más abajo-, datos todos que nos posicionan ante una de las obras maestras de la ingeniería romana -de la "mejor ingeniería romana" de la época altoimperial- pero que, sin embargo, parece ejerce sobre ciertos arqueólogos un efecto hipnótico que les lleva a buscar dataciones imposibles para todos aquéllos acueductos que -a diferencia de éste- o bien fueron menores en ambición técnica o más toscos en acabado estético. No olvidemos, que, en cualquier caso, el gran milagro romano estuvo en la adaptación a la diversidad local y que sus excelentes soluciones técnicas en la traída de aguas, aun siendo siempre excelentes y casi infalibles técnicamente, no siempre contaron con el aparato ingenieril que, sin duda, debió acompañar la planificación de una obra como el acueducto de Segovia. Ello, a nuestro juicio, no debe llevar a desestimar como romanos -o, al menos, como romanos alto-imperiales- otros trabajos hidráulicos de acabado menos impactante pero igualmente útiles e igualmente alto-imperiales (el que quiera entender que entienda: el De Architectura de Vitrubio aconseja, no impone). Además del acueducto, como se ha hecho notar anteriormente, para una aproximación a la huella del mundo romano en Segovia -no sólo en la ciudad, también en otros enclaves de la provincia- es de visita obligada el Museo de Segovia cuyas salas de Arqueología Clásica ofrecen un notable caudal de información sobre el acueducto (el audiovisual que se proyecta es, sencillamente, sensacional) y sobre otros aspectos de la vida en el municipio antiguo. Desde nuestra óptica -tal vez interesada dada nuestra natural manía (en sentido griego) epigráfica- resulta especialmente delicioso contemplar el notable repertorio de inscripciones funerarias romanas que se dan cita en torno al patio central del Museo. Se trata, fundamentalmente, de piezas del registro funerario de la ciudad y que permiten un paseo por diversos tipos de soportes de los tituli sepulcrales: estelas con rosas hexapétalas al más puro estilo de las producciones meseteñas (CIL, II, 2731), altares (AE, 1991, 1048 e HEp4, 629), bloques (CIL, II, 2730) o sencillas placas (CIL, II, 2754) para ser encastradas en monumentos mayores.
Bibliografía: La arqueología segoviana y -sobre todo, ésta en relación al estatuto jurídico de la ciudad romana- ha ocupado la atención de algunos de los más prestigiosos historiadores de la Antigüedad y arqueólogos hispanos. Así, debe citarse el pionero trabajo de MANGAS, J.: "Derecho latino y municipalización en la Meseta Superior", en ORTIZ DE URBINA, E., y SANTOS, J. (eds.): Teoría y práctica del ordenamiento municipal en Hispania, Vitoria, 1996, pp. 223-238, esp. pp. 231-232 -el Prof. J. Mangas ha sido pionero en los estudios sobre estatutos jurídicos de las comunidades hispanorromanas- o el igualmente válido de SANTOS, J.: "La sociedad de Segovia en época romana reflejada en su epigrafía latina", en Segovia Romana, Segovia, 2000, pp. 139-162 -también J. Santos es toda una autoridad en los estudios sobre municipalización en Hispania habiendo creado, como el Prof. J. Mangas, una notable escuela en dicha línea de trabajo-, trabajo incluido en las actas de una exposición cuya consulta es inexcusable para acercarse a la arqueología romana segoviana al igual que el catálogo de la celebrada a mediados de los años noventa (V. V. A. A.: Últimos años de Arqueología en Segovia, Segovia, 1994-1995).
Sitios en internet: Lógicamente, quien busca aspectos de la Segovia romana en internet se sorprende por la notable presencia que el verdadero icono de la ciudad -el acueducto- tiene en la red. Además de disponer de voz propia en las inevitables Wikipedia, Spanisharts, Encarta o ArteHistoria (con vídeo incluído, aquí), a esta singular edificación le dedica una notable y documentadísima página el Servicio de Turismo de Castilla y León. Un excelente estudio -desde una perspectiva muy técnica pero útil- del monumento lo ofrece -como no podía ser de otro modo- la web TRAIANVS, con un excelente aparato fotográfico. Muy recientemente, el diario Segovia al día ha publicado una noticia sobre unas conferencias dictadas por el Prof. Alföldy en la ciudad y que recoge, además, en varios vídeos, la explicación que el propio G. Alföldy hace del texto de la inscripción del acueducto (pincha aquí).
Recomendaciones: Las 3B (para desayunar, en plena Plaza Mayor), el restaurante El Figón del Corregidor -en la trasera de la iglesia de San Miguel en la que la ciudad de Segovia proclamó reina a Isabel de Castilla y que los jueves, en su menú del día ofrece un suculento cocido segoviano- y el Hotel Infanta Isabel -a dos minutos de la Catedral, en pleno casco histórico, con amplias habitaciones, conexión Wi-Fi en todas ellas y, sobre todo, un personal de muy notable amabilidad- se nos antojan las tres paradas de referencia para quien quiera hacer de Segovia no sólo una ciudad de paso -bien accesible desde Madrid- sino un destino turístico base para, a partir de él, adentrarse en las múltiples posibilidades que ofrece la provincia.

ILVBERIS (Lumbier)
















Situación: Lumbier, recoleta villa navarra de la antigua e histórica Merindad de Sangüesa, está situada a apenas 40 kilómetros al Oeste de Pamplona, la capital de la Comunidad Foral de Navarra y, además, se encuentra excelentemente comunicada con ella gracias a la proyectada -y ejecutada ya en más de 20 kilómetros de recorrido- autovía de Pamplona a Jaca. Por tanto, su visita -y la del entorno que preside, con elementos monumentales tan notables como el Monasterio de San Salvador de Leyre o el Castillo de Javier- es un extraordinario complemento para conocer las primeras estribaciones prepirenaicas de la montaña navarra.
Acceso
: Para llegar a los únicos restos arqueológicos muebles conocidos de la ciuitas de los Iluberitani de Plinio (Plin. Nat. 3, 3, 24, en su conocida descripción del conuentus Caesaraugustanus, ya varias veces aludida en este blog), el viajero ha de acceder a Lumbier y en la primera rotonda -apenas cruzado el río Irati- dirigirse hacia la derecha. Después de una ligera subida, se gira a la izquierda y, una vez estacionado el coche en esa zona se continúa a pie hasta los bajos de una notable y moderna edificación de ladrillo -donde, tras unas verjas (cierto que con el interior algo sucio y descuidado, por más que la opción de conservar los restos resulte digna de encomio) se ubican las estructuras más notables- y, después, bordeando dicho edificio hacia la izquierda, accediendo a la denominada Plaza del Claustro, sobre la puerta del Centro de Jubilados del Centro Cívico de la localidad, se conserva el mosaico que -con dichas estructuras de opus caementicium- preside este post junto a una imagen de la monumental estructura de opus caementicium, evidencia de la existencia de algún notable edificio -tal vez de uso público- en la antigua Iluberis.
Tipología
: Como ya anotamos en otra ocasión (ANDREU, J.: "Ciudad y territorio en el solar de los Vascones en época romana", en ANDREU, J. (ed.): Navarra en la Antigüedad. Propuesta de Actualización, Pamplona, 2006, pp. 179-228, esp. pp. 212-213) el hecho de que Iluberis aparezca sólo citada entre los populi stipendiarii del conuentus Caesaraugustanus referidos por Plinio (se trataría, pues, de los stipendiari Iluberitani: "los habitantes de la ciuitas stipendiaria de Iluberis") dificulta nobalemente conocer datos sobre esta comunidad a partir de época de Augusto, momento en que hay que fechar las fuentes de Plinio el Viejo. Es presumible pensar que la ciuitas -como todas las comunidades hispanas no privilegiadas antes del 70 d. C.- se debió convertir en municipio flavio si bien su ausencia en Ptolomeo (a no ser que, como ha propuesto RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: "Las ciudades vasconas según las fuentes literarias y su evolución en la tardoantigüedad", en Espacio y tiempo en la percepción de la Antigüedad Tardía [Antigüedad y Cristianismo, 23], Murcia, 2006, pp. 185-202 -descargable desde aquí- la Biturís ptolemaica -Ptol. Geog. 2, 6, 66- pueda identificarse con Iluberis) plantea la incógnita de su supervivencia "jurídica" en dicha época. Es evidente que en el siglo II d. C., el solar de la actual Lumbier estaba poblado y notablemente monumentalizado, como demuestran los restos arqueológicos presentados por Mikel Ramos y a los que pertenecen los que hoy pueden visitarse (RAMOS, M.: "Excavaciones en la ciudad romana de 'Ilumberis' (Lumbier, Navarra)", Caesaraugusta, 78, 2007, pp. 521-534, disponible aquí) pero otra cosa será saber el estatuto jurídico que la ciudad tuvo. ¿Resultó vinculada (adtributa) a algún centro cívico municipal mayor próximo (¿tal vez la ignota ciuitas de Campo Real?)?, ¿estamos ante una ciudad más de las muchas que Ptolomeo no cita y que sin embargo, sí tuvieron importancia en el siglo II d. C., cuando el alejandrino escribe?. Son muchos los interrogantes pero lo que sí está claro es que, como ha demostrado, nuevamente, J. L. Ramírez Sádaba (RAMÍREZ SÁDABA, J. L.: "La toponimia de las ciudades vasconas", en ANDREU, J. (ed.): Los Vascones de las fuentes antiguas. En torno a una etnia de la Antigüedad Peninsular, Barcelona, 2009, pp. 127-143) su topónimo es una evidencia más de que -al margen de cuál fuera, si la hubo, la conciencia de grupo de los Vascones en la antigüedad y de que éstos puedan ser casi un constructo étnico creado o potenciado por los propios romanos (SAYAS, J. J.: "Cuestiones relacionadas con la etnia histórica de los Vascones", en RODRÍGUEZ NEILA, J. F., y NAVARRO, F. J. (eds.): Los pueblos prerromanos del Norte de Hispania. Una transición cultural como debate histórico, Pamplona, 1998, pp. 89-139)- al menos en el sector oriental del solar atribuido a los Vascones por las fuentes antiguas, si quiera parte de la población hablaba vasco (de la zona proceden los antropónimos vascónicos Dusanharis/Naru[-]eni, Abisunhari/Ummesahari/Narhungesi, Naruheni, o Irurciradin documentados en Sofuentes -AE, 1977, 477 e IRMN, 63-, en Lerga -IRMN, 50- o en Sádaba -CIL, II, 2976- respectivamente, por ejemplo, o el teónimo Lacubegi documentado en Ujué -IRMN, 34-, por ejemplo). La propia evolución del término Iluberis -en latín pero con el componente vascónico ilu="ciudad" también persente en la formación de los topónimos Andelo o Pompelo- al topónimo vasco Irunberri -Lumbier en su denominación euscárica- es bastante transparente en este sentido. Sea como fuere, la ciuitas debió ser centro de un territorium especialmente productivo, al pie de la vía que unía Iacca con Pompelo y no demasiado lejos de la que, según una reciente propuesta (MORENO, I,. LOSTAL, J., y BIENES, J. J.: Item a Caesar Augusta Beneharno. La carretera romana de Zaragoza al Bearn, Ejea de los Caballeros, 2009) conectaba Caesaraugusta -por tanto el valle del Ebro- y Aquitania -por tanto el Pirineo-. La uilla romana conservada en Liédena (con página oficial aquí y amateur aquí), frente a la espectacular Foz de Lumbier, es un extraordinario ejemplo de esas posibilidades económicas que explicaron la instalación de la ciuitas en un amplio cerro sobre el río Irati (sobre su origen como ciuitas y las peculiaridades del poblamiento prerromano en la zona, es inexcusable consultar el trabajo de ARMENDÁRIZ, J.: De aldeas a ciudades. El poblamiento en Navarra durante el primer milenio a. C., Pamplona, 2009, pp. 251-301, esp. 296-297).
Descripción
: Como se dijo más arriba, es muy poco lo que ha llegado a nuestros días de la antigua ciuitas de los Iluberitani, sin embargo, el ambicioso proyecto municipal de construcción de un Centro Cívico en el pueblo ha permitido no sólo reexhumar algunos restos arqueológicos ya conocidos desde antiguo sino, sobre todo, conservar aquéllos y otros nuevos. Lo que el visitante puede contemplar hoy es un notable mosaico en blanco y negro -muy parecido, en técnica a los que decoraban el peristilo de la vecina uilla romana de Liédena, hoy en el Museo de Navarra- y que puede fecharse en el siglo II d. C., y, sobre todo, unos monumentales muros de opus caementicium (el resistente y admirable hormigón romano) que han sido interpretados como de aterrazamiento del terreno o de apoyo a un notable edificio de carácter público de la antigua ciudad romana sin que pueda precisarse nada más sobre el uso que dicho edificio pudo tener en la Antigüedad. Se trata de dos vestigios que suponen un acertado complemento a una ruta de ciudades romanas que -ojalá un día sea real- podría articularse en la zona a partir de las notables de Santa Crís de Eslava, Cabezo Ladrero de Sofuentes (ya en Zaragoza), y, especialmente, Los Bañales de Uncastillo (también en la provincia de Zaragoza). Desde luego, invertir en el mejor conocimiento y la necesaria puesta en valor de estos enclaves -al que habría que unir el espectacular pero aun virgen de Campo Real/Fillera (Sos del Rey Católico-Sangüesa) dotaría a estas tierras de un atractivo más complemento, sin duda, del que por sí tiene la riqueza monumental medieval de la zona algunos de cuyos reclamos ya se comentaron más arriba.
Bibliografía
: Al margen de los títulos citados hasta aquí, se recomienda la consulta de un antiguo post de este blog (pincha aquí) que, consagrado a los Vascones, ofrece enlaces de interés sobre la cuestión y, prácticamente, pistas para localizar la ya vastísima producción bibliográfica sobre esta singularísima y muy atractiva etnia de la Antigüedad hispana.
Recursos en internet
: Un atractivo vídeo disponible en la web del Ayuntamiento (pincha aquí), incide, precisamente en la capacidad estratégica de esta villa navarra que, desde luego, debió resultar -como se ha dicho- clave en la Antigüedad. La propia web del Ayuntamiento alude a los restos romanos (pincha aquí) de los que, por otra parte, apenas puede tenerse constancia a través de internet sino por medio de noticias de prensa alusivas al descubrimiento de los vestigios referidos (a través de la web Foces del Camino o de las noticias de Diario de Navarra).
Recomendaciones
: La proximidad de Lumbier a lugares aludidos en anteriores posts de este blog y que han vuelto a ser traídos a colación en esta misma entrada nos exime aquí de abundar en recomendaciones y remitimos a dichos lugares para ellas. Eso sí, si se quiere comer en Lumbier, barato y bien, La Tieta, junto al Centro de Interpretación de Las Foces.