ORETVM (Granátula de Calatrava)


[El área arqueológica de Oretum desde la Ermita de Ntra. Sra. de Oreto]

Situación: A finales de los años 90, en un trabajo que, en realidad, volvía sobre las conclusiones del excelente ALFÖLDY, G.: Römisches Stadtewessen auf der neukastilischen Hochebene. Ein Testfall für die Romanisierung, Heidelberg, 1986, el Prof. Géza Alföldy afirmaba -a partir de un pasaje de El Quijote- cómo durante muchos años la imagen del poblamiento de Castilla La Mancha en época romana había sido casi la misma que la que la novela cervantina transmite sobre el poblamiento manchego en el denominado Siglo de Oro. La historiografía sobre la Hispania romana apenas se había ocupado de la parte oriental y meridional del antiguo conuentus Carthaginiensis y esta actual comunidad autónoma parecía haber estado desocupada durante la época romana (ALFÖLDY, G.: "Aspectos de la vida urbana en las ciudades de la Meseta Sur", en GONZÁLEZ, J. (ed.): Ciudades privilegiadas en el Occidente Romano, Sevilla, 1999, pp. 467-485). Nada más lejos de la realidad, como el propio G. Alföldy demostraba, pocas zonas estuvieron tan ocupadas -con muy sugerentes enclaves de estatuto privilegiado y una excelente situación estratégica viaria- como el actual territorio castellano-manchego. La Naturalis Historia de Plinio el Viejo, en ese sentido -y a modo de ejemplo- era concluyente aunque, hasta finales de los años ochenta, los datos arqueológicos y, especialmente, la investigación epigráfica -incoada magistralmente por G. Alföldy- no le habían dado la razón al viejo geógrafo romano. El Naturalista (Plin. Nat. 3, 25) citabam para dicho distritomsesenta y cinco populi ("ciudades") algunos de las cuales ocuparon el territorio de La Mancha, entre otros los de Libisosa (Lezuza, Albacete), Valeria (Valera de Arriba, Cuenca), Consabura (Consuegra, Toledo), una de las dos Mentesae (Villanueva de la Fuente, Ciudad Real -la Mentesa Oretanorum-), Laminium (Alhambra, Ciudad Real) o Segobriga (Salices, Cuenca) y, por supuesto, Oretum, protagonista de este post. No podía ser de otro modo: los actuales territorios castellano-manchegos en general y los de la actual provincia de Ciudad Real en particular constituían un espacio de paso obligado hacia la provincia Bética -por Sierra Morena- y hacia el Mediterráneo, notablemente privilegiado en época romana (véase, por ejemplo, Dianium, en este mismo blog) haciendo también de puente, a través de las actuales provincias de Cuenca y de Guadalajara, con el valle del Ebro. Razones suficientes para que la zona estuviera notablemente urbanizada e integrada en época romana y, seguramente, desde época bien temprana. Y, Oretum, la ciudad romana que centra este post, es un ejemplo de ello, cierto que no el único. La localidad actual en la que se hallan sus restos -el recoleto pueblo de Granátula de Calatrava, en Ciudad Real- sigue aun, de hecho -como toda la provincia de Ciudad Real-, disfrutando de esos condicionantes geográficos que debieron estimular la presencia en en lugar de una próspera -y de tan dilatada como desconocida historia- ciudad romana. Como nota bibliográfica e historiográfica añadir que este "espejismo" que padeció la historiografía sobre el urbanismo hispanorromano hasta comienzos de los años noventa ha quedado ya superado gracias al concienzudo y meritorio trabajo -de años- de G. Carrasco Serrano, de la Universidad de Castilla La Mancha, y -entre otras- a su obra CARRASCO, G. (coord.): La romanización en el territorio de Castilla-La Mancha, Ciudad Real, 2008, de referencia ya sobre la cuestión (algunos trabajos del Prof. Carrasco sobre las ciudades romanas de la zona y el poblamiento, en general, en época romana en Castilla La Mancha pueden descargarse desde su página en dialnet, antes enlacada al citar su nombre) y que, en pp. 225-260 recoge un trabajo del autor de este blog que puede servir de síntesis sobre la cuestión.
Acceso: Para acceder a la Ermita de Nuestra Señora de Oreto (curiosa y afortunada pervivencia toponímica) en torno a la cual se ubican los restos arqueológicos es necesario hacerlo (pese a que existen varias señales indicadoras en las calles principales de Granátula de Calatrava) desde la plaza de la iglesia de esta localidad manchega. Desde allí, tomando como referencia -en el costado izquierdo de la plaza- el Bar Oreto, el viajero ha de continuar, durante 5 kilómetros, por una estrecha pero hermosa carretera -en excelente estado como muchas de las infraestructuras de que disfruta Castilla la Mancha- que, cruzando el Embalse del Jabalón, conduce al entorno de la ermita. Allí puede estacionarse el vehículo e iniciar la visita al enclave arqueológico. Un aviso: pese a lo que se dice en la ficha del mismo en la página de Turismo de Castilla La Mancha, el yacimiento está cerrado (y cercado con una verja) excepto Viernes, Sábados y Domingos y, lo cierto es que, a pesar del notable -y meritorio- esfuerzo que, por poner en valor enclaves arqueológicos, se percibe en esta Comunidad (ver la página de Parques Arqueológicos de Castilla la Mancha) no parece que este yacimiento (del que puede obtenerse más información y un notable aparato gráfico en el panel que a él se le dedica en el Centro de Interpretación del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas, del que luego hablaremos) sea un ejemplo de conservación y puesta en valor del patrimonio arqueológico. Lamentable, desde luego, pese a lo prometedor del mismo.
Tipología: Pocas veces una ciudad romana está tan documentada en las fuentes clásicas como Oretum (ver CARRASCO, G.: "Introducción al estudio de la romanización en la provincia de Ciudad Real", Hispania Antiqua, 27, 2003, pp. 225-244, trabajo fundamental disponible aquí, pp. 238 y 239). A ella aluden los geógrafos griegos Estrabón (Str. 3, 3, 2), que la cita como la más "poderosa" ciudad de la Oretania junto con Castulo (c. de Linares, Jaén), y Ptolomeo (Ptol. Geog. 2, 6, 68) y, Plinio, en el pasaje antes comentado (Plin. Nat. 3, 25) la enumera en su relación de populi stipendiarii, de "ciudades estipendiarias". Oretum es, pues, una ciudad romana importante del territorio de los Oretanos (sobre ellos, pincha aquí y, sobre todo, con todas las fuentes, aquí) para la que la documentación epigráfica nos ha aportado notable información. Así, CIL, II, 3221 (hoy en el Ayuntamiento de Almagro) alude a un acto de munificencia cívica (el pago de unos juegos de circo) a cargo del Oretanus P. Baebius Venustus -gasto autorizado, además, por el senado local- y nos pone tras la pista (al margen de otras inscripciones del horizonte funerario -AE, 1983, 622- y cristiano -CIL, II, 3222- de la ciudad, menos elocuentes) de la elite local y del sistema de organización de la ciuitas de Oretum en el momento en que adquirió condición municipal. Según G. Alfödy, la presencia de una Galeria tribus en una inscripción vecina, de Caracuel de Calatrava (AE, 1987, 686), podría advertir sobre la promoción augústea o julio-claudia del enclave, posterior, en cualquier caso, a la fecha de las fuentes de la descripción conventual de Plinio. En esa época o -como hemos defendido nosotros en un trabajo antes citado- en época flavia, Oretum adquiriría su título de municipium, el más digno -tras el colonial- en el ordenamiento jurídico romano de comunidades (ver aquí, en este mismo blog). La ausencia, como en seguida se verá, de las oportunas bases estratigráficas no ayuda respecto de la duda sobre la fecha de dicha transformación estatutaria.
Descripción: Es poco lo que hoy ve el visitante que se acerca a Oretum y mucho, sin embargo, lo que la ciudad aun debe esconder (recuérdese la advertencia estraboniana de que la ciudad constituía, junto con Castulo, una de las principales de la llamada Oretania) si hacemos caso a la generosa presencia de la misma en las fuentes, a su condición de municipio augústeo o flavio y, por supuesto, a las noticias de eruditos locales de otro tiempo que hablaron de circo, teatro y templo para el lugar. En cualquier caso -como se cita en alguno de los informes a los que facilitamos acceso en pdf en la parte de Recursos en Internet de este post- los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en él -en torno a la Ermita de Nuestra Señora de Oreto- apenas han excavado si no la necrópolis visigótica y medieval del lugar que es, por otra parte, lo que se muestra -con una mejorable "puesta en valor" pero "puesta en valor", en cualquier caso- al visitante. El cerro que se extiende a la izquierda del santuario y gran parte del territorio circundante -en parte, seguramente, oculto bajo el embalse que se ha de cruzar para llegar al lugar- fueron el solar de una ciuitas romana (los materiales romanos parecen más abundantes en el llano frente a los ibéricos, abundantes en la cima) que, por su interés, urge sea objeto de una investigación periódica y sistemática que, además, contribuirá a dinamizar -aunque sólo sea historiográficamente- una zona que, desde luego -como está demostrando el caso vecino de Segobriga- está deparando no pocas sorpresas a la investigación y revelándose clave para entender, sobre todo, la obra política de Augusto en las Hispanias.
Bibliografía: Ya se han citado hasta aquí -en el apartado de Situación- algunas referencias bibliográficas claves sobre Oretum y el resto -la mayoría, sobre todo las que aportan información arqueológica, están recogidas en la página que la Wikipedia dedica al yacimiento: ver aquí- serán citadas, cuando no enlazadas, en el apartado de Recursos en Internet, más abajo. En cualquier caso, los trabajos de CARRASCO, G.: "Avance para el estudio de poblamiento del territorio meridional de Castilla-La Mancha en época romana", Hispania Antiqua, 28, 2004, pp. 117-140 (disponible aquí), "Introducción al estudio de la romanización de la provincia de Ciudad Real", Hispania Antiqua, 27, 2003, pp. 225-244 (disponible aquí), "Sobre los municipia del ámbito territorial castellano-manchego", Espacio, Tiempo y Forma (2). Historia Antigua, 12, 1999, pp. 309-324 (disponible aquí), o "Los itinerarios y la red de comunicaciones romanas en la provincia de Ciudad Real", Cuadernos de Estudios Manchegos, 17, 1987, pp. 27-39 (disponible aquí), y la monografía de HURTADO, J.: Los territorios septentrionales del conventus Carthaginiensis durante el Imperio Romano. Estudio de la romanización de Carpetania, Oxford, 2005 (con carácter general para la zona pues no se detiene en Oretum, más al Sur) parecen -junto a los ya citados y los que oportunamente se referenciarán- material más que suficiente para seguir indagando sobre este enclave tan sugerente y sobre su igualmente atractivo entorno.
Recursos en internet: Además de la ficha que dedica al lugar la página web de Turismo de Castilla La Mancha (ya arriba citada) y de la de Turismo y Cultura en Ciudad Real, sobre la ciudad romana de Oretum existen ciertos recursos en la red. Así, la sección de Ciudades de Hispania del portal Tarraconensis dedica un espacio -cierto que muy escueto- a este yacimiento (ver aquí). Por su parte, la página web de Juan Jesús Donoso Azañón sobre Granátula de Calatrava también dedica atención al yacimiento y en la sección de Arqueología del portal (pincha aquí) pueden descargarse algunas planimetrías sobre el lugar y, seguramente, acceder a la más completa guía disponible en red sobre la antigua Oretum (pese a que ésta se centre, sobre todo, en el horizonte medieval del conjunto). Por supuesto, como síntesis sobre el lugar, debe consultarse (con acceso a la fotografía aérea del conjunto) la ficha del yacimiento en Wikipedia y un dossier titulado El yacimiento arqueológico de Nuestra Señora de Oreto-Zuqueca (Ciudad Real) -resultado de un trabajo de investigación realizado por F. J. Rufián Fernández para la asignatura "Arqueología de la Antigüedad Tardía", de la Universidad Autónoma de Madrid- que puede descargarse en pdf desde aquí y que puede complementarse (desde aquí) con el trabajo de GARCÉS, A. Mª., ROMERO, H., y FUENTES, Á.: "Yacimiento arqueológico de Nuestra Señora de Oreto-Zuqueca (Granátula de Calatrava)", en Investigaciones arqueológicas en Castilla La Mancha, Toledo, 2004, pp. 307-324 una de las referencias bibliográficas básicas sobre el lugar.
Recomendaciones: Desconocida para muchos, la provincia de Ciudad Real se antoja de visita obligada para los amantes de la Arqueología en general y de la romana en particular: el Cerro de la Encantada, en la propia Granátula de Calatrava, un notable y conocido poblado de la Edad del Bronce; la ciudad ibérica del Cerro de las Cabezas, en Valdepeñas; las ciudades romanas de Oretum y de Sisapo (en La Bienvenida de Almodóvar del Campo); o el enclave medieval de Alarcos-Calatrava configuran una ruta abarcable en un par de días de viaje y ciertamente recomendable. Y la recoleta -y, para bien y para mal, decadente- ciudad de Valdepeñas se antoja un buen centro estratégico para trazar desde él la citada ruta. Con merecida fama de ciudad vitivinícola (ver aquí) Valdepeñas ofrece muchas opciones de ocio -al menos gastronómico- a las que se les une un singular valor añadido: es una localidad muy barata. Para alojarse, tal vez el Hotel Central- en el centro de la ciudad y bien comunicado con las autovías hacia Andalucía y hacia Ciudad Real que hacen de eje para la ruta arqueológica que aquí proponemos- resulte la mejor opción: familiar (tal vez demasiado), con una buena relación calidad-precio y muy cómodo. No lejos del Hotel, hay varias opciones gastronómicas muy recomendables: el Restaurante 6 de Junio (en la calle que le da nombre) ofrece un menú del día muy apetecible y para todos los bolsillos (por 12 € ¡¡veinte primeros y veinte segundos...!!); la Casa Carpeto, en la plazoleta Balbuena (una de las típicas para "tapear") permite degustar algunas de las raciones típicas de esta tierra (¡cuidado con el tamaño de las raciones pues éstas resultan demasiado generosas!: La Mancha no es el territorio más recomendable para quien esté a dieta...); y, por supuesto, el Restaurante Casa del Comendador, en el costado derecho de la Plaza Mayor de Valdepeñas (salpicada de agradables terrazas y con el habitual sabor de las plazas mayores manchegas), sin duda el mejor de la ciudad, también el más elegante y que, sin embargo, ofrece menús diarios a 15 €. Como hemos apuntado, sin embargo, quien sea amigo de comidas ligeras o de ofertas gastronómicas convencionales, encontrará pocas posibilidades en este sentido en la ciudad. Por cierto que, para quien viaje a Ciudad Real desde el Norte de España, en la Salida 69 de la Autovía de Andalucía (A-4), el Restaurante Los Arcos, en Dosbarrios (Toledo), resulta muy recomendable.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lástima que esta "poderosa" e importante civitas castellano-manchega no esté viviendo, a pesar del esfuerzo y loable dedicación del Prof. Carrasco, uno de sus mejores momentos administrativamente hablando, reflejo vacuo de su época dorada como municipio latino, primero, y romano, después. Se trata de una ciudad romana cuyo potencial e interés, si ampliamos la perspectiva de estudio al territorium que administró, puede considerarse notable y sorprendente. Esperemos que, en un futuro próximo, la coyuntura económica actual permita recuperar, para la investigación y la divulgación, uno de los espacios arqueológicos más importantes del actual provincia de Ciudad Real.